Lacas y pinturas murales

Cumplir las normas más estrictas

Herberts, un nombre muy conocido en el mundo de los lacados y las pinturas murales, se ha labrado una sólida reputación desde su fundación como fabricante de productos de alta calidad para uso profesional. Tras su adquisición por Global Paint Products en 2004, la experiencia de Herberts se ha integrado en un rango más amplio de soluciones innovadoras para la industria de pinturas y revestimientos. Para Herberts, una cosa siempre ha sido fundamental: un proceso de producción eficaz y fiable para satisfacer las elevadas exigencias de sus clientes.

Cuando Herberts se encontró con problemas en el proceso de mezcla y producción, como la ineficacia y los riesgos de contaminación, la tecnología de pesaje móvil de RAVAS resultó ser la solución ideal.

Alto coste y pérdida de producto

El problema

Antes de la adquisición en 2004, Herberts era responsable de las actividades globales del Grupo Hoechst en los sectores de la automoción, los recubrimientos en polvo y los recubrimientos industriales. En su centro de producción de Wuppertal, se producían 130 toneladas diarias de pinturas para reparación de automóviles en nada menos que 18.000 colores. Estos colores se componían de pinturas de mezcla estandarizada según estrictas recetas que requerían una precisión de mezcla excepcionalmente alta. Para garantizar la calidad de este producto de "alto coste", se realizaban pesajes en varios puntos del proceso.

En el pasado, para mezclar pigmentos y aditivos se utilizaban sistemas de tuberías que iban desde el almacén de productos semiacabados hasta las básculas fijas. Para evitar variaciones de concentración en las tuberías, eran necesarios costosos sistemas de circulación. Con cada cambio de receta, las tuberías -incluidos acoplamientos, bombas y válvulas- tenían que limpiarse por completo. A pesar de estos esfuerzos, regularmente quedaban pequeños contaminantes, lo que provocaba que lotes enteros de productos se declararan inutilizables.

Además, había que trasladar manualmente los contenedores y barriles a una báscula fija. La línea automática no era capaz de llenar estas cisternas y barriles de 200 litros, por lo que este proceso era manual y requería mucho tiempo.

En resumen, Herberts no sólo tenía que hacer frente a elevados costes de inversión y mantenimiento, sino también a importantes pérdidas de producto. Necesitaban una solución más flexible, eficiente y fiable para mejorar su proceso de producción y evitar desperdicios.

F. Jahnke, Jefe de Ingeniería de Producción

"La precisión en el pesaje durante la mezcla es esencial para garantizar la alta calidad y la consistencia del color de nuestras pinturas".

La RAVAS ProLine-2100 EXi

La solución

Con la introducción de transpaletas manuales de pesaje antideflagrante, las RAVAS ProLine-2100EXi, el proceso de pesaje se integró plenamente en el flujo logístico, lo que se tradujo en mejoras significativas tanto en eficacia como en precisión.

En lugar de estaciones de pesaje fijas y complejos sistemas de tuberías, ahora las pinturas de mezcla se pesaban directamente en el palet durante el transporte. Esto permitió realizar mediciones de peso precisas en cualquier momento y lugar. Las transpaletas manuales se diseñaron especialmente para cumplir las estrictas normas de seguridad de la industria química, incluidos los certificados antideflagrantes, lo que las hace perfectas para su uso en el entorno de producción de Herberts.

Gracias a la flexibilidad del sistema de pesaje móvil, ahora podían hacerse cambios en las recetas sin necesidad de interrumpir el proceso de producción. Además, se minimizaron los riesgos de contaminación, ya que se eliminaron por completo las tuberías. Este enfoque garantizó no sólo un proceso de producción más eficaz, sino también un importante ahorro de costes y una drástica reducción de las pérdidas de producto.

 

Llenado de bidones más rápido

Enorme ahorro de tiempo

Antes era necesario agitar intensamente durante la mezcla de pigmentos sólidos con aglutinantes líquidos y disolventes para evitar la formación de grumos y aglomerados. El color exacto del producto dependía en gran medida del tiempo de paso por el agitador. Para controlar este tiempo, los trabajadores de producción tenían que tomar pequeñas muestras con regularidad, que se llevaban manualmente a una báscula fija. Allí, el peso de la muestra se extrapolaba a un tiempo de paso en libras por hora. Este método requería mucha mano de obra y era impreciso y poco fiable.

En la actualidad, la transpaleta manual se conduce directamente bajo el depósito de mezclado, donde se realiza una tara y se pone en marcha el reloj. Al cabo de sólo tres minutos, puede determinarse el aumento de peso, lo que permite calcular de forma rápida y fiable el tiempo de producción.

F. Jahnke, Jefe de Ingeniería de Producción

"Los nuevos transpaletas manuales no sólo han hecho más eficiente el control de calidad, sino que también han mejorado significativamente la consistencia y fiabilidad del proceso de producción."

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Maria Sánchez Veyna

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